jueves, 30 de septiembre de 2010

Luciernagas con vos


De tu mano, veo las luciérnagas,
Esas que alguna vez te inspiraron.
Luciérnagas diminutas, efímeras,
Pero sabemos que existen.

Andábamos los dos por aquel sendero
En el que alguna vez sentiste mi ausencia
Y me pensaste.

Llegamos a una casa. Una casa donde soñé
Mi futuro junto a ti
Donde viste otros lados de mí
Que no conocías.

Y fuimos uno, y soñamos juntos
Y conocí tu alma, que con temor
Desnudaste para mí.

Lloré, tú no llorabas, no tenías que hacerlo.
Has sufrido tanto que ya no crees que eso exista.

Lloré y sufrí por ti,
Porque tengo tu vida en mis manos
Y con todo gusto no te dejaré caer.

Sentí que tenía un ángel toda la noche junto a mí
Que me sirvió de almohada,
Para soportar los sueños,
Y de cobija, para abrigar las pasiones.

A la mañana, con los ojos hinchados
De tanto llorar por tu vida,
Lo primero que vi, fue tu beso,
Un beso con sabor a exceso, a tabaco y a alcohol.
(Ya sabes, nuestros besos saben a naranja, a gloria,
A tequila, a ti y a mí).

Las luciérnagas te recordaron a mí una noche,
Y otra muy parecida
Nos llevaron a vivir
La primera noche de muchas que viviremos juntos.

1 comentario:

  1. Si la primera, pero jamás la última, noche que viviremos juntos. Porque así como nuestros besos son viciados, yo estoy viciado sanamente de ti.

    ResponderEliminar